dimecres, de maig 03, 2006

Gritos y susurros

Gritos y susurros

En los barcos se produce un fenómeno muy curioso que consiste en elevar la voz de modo y manera que el grado de decibelios emitidos es muy superior al que una persona "normal" puede, digamos, soportar.

Esta circunstancia, según los capitanes ( y capitanas) se da simplemente porque si no, no hay manera de entenderse (eso dicen) pues cuando una habla con las demás mujeres de capitanes o con los maridos de capitanas, resulta que en todas partes cuecen habas.

La versión del navegante consorte es más o menos la siguiente:

- "¡Yo lo que no puedo soportar es que me grite! Que me pega unos berridos que yo creo que no me lo merezco. Que lo mismo lo podría decir de otra manera más cariñosa, como más tranquila ¿no? al fin y al cabo una/o está aquí por él/ella y resulta que te pegan unos gritos que te dejan moralmente mal,muy mal, la verdad...."

La versión del navegante-navegante es algo distinta:

- "Claro, claro, porque tú, pongamos por caso, estás en la proa y yo estoy en la caña, ¿vale? entonces te giras para decirme cualquier cosa, de manera que yo te veo a tí y tú me ves a mí, por espacio de un par de segundos, los que tardas tú en decirme a mí lo que me quieras decir. Pero a la que voy a contestar a tu pregunta, tú ya has vuelto la cabeza, que parece que no te interesa lo que te voy a decir, lamadrequeteparió. ¡Y claro! ¡No me oyes! ¡Y TENGO QUE GRITAR! porque el ruido del mar, unido al ruido del viento y a la desfachatez de volver la cabeza CUANDO YO TE HABLO hacen que no te enteres de la película"

Como que en este tipo de discusiones nunca nos ponemos de acuerdo, siempre se forman dos grupos, a saber :

Los capitanes y "los otros".

La otra noche mientras filosofábamos, arreglábamos el mundo y bebíamos como cosacos, Joan, el ex capitán del "Nereida," ahora capitán del "Mascarell" apuntaba una buena solución:

- “A partir de ahora, Feli, querida, cuando estemos a punto de pegarnos una torta con los barcos de al lado o con el mismo pantalán, voy a susurrarte lo siguiente”:

- Cariño, ¿tendrías la bondad de coger el bichero* y apartar esos barcos que molestan, mi cielo? BOOUMMMMMMM (torta) y luego, ¿serías tan amable de amarrar el barco para que se esté quietecito? RAAAAAAAASHHHHHHHHHHHH (rascadita "de nada" en el casco).. etc, etc, etc...

Total, que parece que la solución está, efectivamente, en gritar. Hay otra, sin embargo, que apuntaba Àngels y que consiste en regalar a cada uno de los capitanes un adminículo de esos que tienen un micro incorporado, como los que llevan los cantantes (o algo mejor y más barato: venden unas trompetillas...)

*bichero: barra metálica (alguna he visto yo de madera) con un ganchito en la punta, que sirve para todo (como los tampax). Ejemplos ilustrativos:

Que hay que agarrar un cabo que pilla lejos... ¡bichero!

Que hay que pillar una boya , ármese usted de paciencia y de buena puntería y... ¡bichero!

Que hay que agarrar la guía para amarrar el barco (que suele estar cochina de narices y si la coges con la mano te pringas, aparte de que está siempre sumergida y con la mano no llegas) ¡bichero!...

Algo absolutamente importante es aguzar bien el oído para no confundir "bichero" con "mechero", que esto le ocurrió a una, que a la voz/grito de su capitán, le llevó el mechero en lugar del bichero, y ... menos mal que el piñazo lo pagó el seguro... ay diosmio... y menos mal que estaban "en pleno idilio", que si noooooooo...

Montse/Swingg/Arare --> pensando en regalarle a su capitán un aparato de megafonía

2 comentaris:

ángel ha dit...

Me gusta navegar por tus espacios porque aprendo mucho de marinería...

Anònim ha dit...

me encanta este post. bichero, solución para todo.
por decreto, uno para cada uno en cada casa ya!