divendres, de maig 12, 2006

Equipajes

NAVEGAR 3.

Equipajes...

La primera vez que fui invitada a pasar las vacaciones pensé que se trataba de un sueño imposible.
Me invitó a mi y a mis tres circunstancias: circunstancia de 11 años, circunstancia de 8 años y circunstancia de 2 añitos.
“No sabe lo que se hace” – pensé.
Efectivamente, no sabía la que estaba liando, porque desde entonces hasta ahora... uffff
En fin, tres semanas de agosto.
-¿Equipaje?- pregunté ingenuamente.
-Lo imprescindible. Nada más que lo imprescindible, ¿vale?
-Vale.
Para los niños no hubo problema: una mochilita para cada uno, la misma que utilizaban cuando se iban de colonias con el cole. Poquito peso, poquita ropa...
El problema fue para mí: preparé una bolsa tamaño “normal” y empecé a meter cosas imprescindibles del todo: un par de cuadernos, cinco libros, un estuche con las “herramientas” de escribir... no ocupa tanto espacio- pensaba yo.
Vamos a ver: un par de vaqueros (unos cortos y otros largos) mis zapatillas de deporte , la ropa adecuada para correr (¡totalmente necesario en un barco!), dos bañadores, un bikini, un par de vestiditos “por si acaso”, unos zapatitos “monos” para cada vestidito de por si acaso, el secador del pelo, mis cremitas para cada parte del cuerpo (las de día, las de noche, las de después del desayuno, las de después de la merienda...) ¡Cielos! La bolsa llena y aún me faltan las camisetas, camisas, un jersey gordo, la cámara fotográfica, la toalla de baño y...y...y...
No importaba: me lo llevé todo, todo, todo. Casi vacié el armario entero.
Creo que mi capitán aún se está riendo de mi aparición con mis tres circunstancias más bolsa de equipaje para tres semanas en velero.
-¿Adonde crees que vas? ¿A codearte con la jet-set? Nooo, hijaaa, noooo... vamos a navegar. ¡En plan transmundista, hija! ¡eso es la navegación! Para lucir modelitos tienes que ligarte a Mario Conde (menos mal que no le hice caso, de lo contrario estaría hoy bien arreglada, verdad?)
Naturalmente, utilicé exactamente lo imprescindible.
Es decir: camiseta y pantalón corto,bañadores y biquini. Todo lo demás, hay que ver, resultó absolutamente inútil.
Bueno : el caso es que el capi tampoco se quedaba corto : sus dos circunstancias (11 y 9 años), la zodiac, los trajes de agua (que sí utilizamos y más de lo que pudiera yo pensar) , comida para un regimiento (menos mal , hay que ver lo que come la tripulación) patos, gafas, cañas de pescar...
Parecía que nos íbamos a pasar tres años al Caribe en lugar de las tres semanas por la Costa Brava...
La ley de Murphy fue puntual : al cabo de tres días empezó a llover y no paró en dos semanas. El velero que tenía entonces mi querido capitán no era el Swing. Era muy grande (11 metros,aproximadamente) y se llamaba “Menjavents”,nombre de una vela, aunque la traducción literal sería “Comevientos” (que no es)...
Vale, pues navegar, lo que se dice navegar, poco navegamos... pero lo pasamos fenomenal.
En aquel barco hicimos hasta campeonatos de ping pong (así, como suena), leímos, cantamos, jugamos, explicamos historias, comimos, reímos... nadamos, por supuesto (cuando no llovía e incluso bajo la lluvia).
¡Juro por los dioses del Olimpo que yo empecé a navegar así! ¡de verdad de la buena!
Montse/Swing /Arare

1 comentari:

MIB ha dit...

Qué divinas las historias Arare!! te juro que de a poco voy leyendo y me emociona muchísimo!!

un beso grande !