dijous, de maig 11, 2006

El idilio - .. y todo lo contrario (Email a los amigos)

El idilio

Amanece con sol. Buen presagio. Cargamos con todo lo cargable, subimos a bordo y ponemos proa hacia Sant Feliu. A medio camino, en la "cala Fotadera" decidimos echar el ancla y pasar unas horas.

Nos hablamos por radio con Pere y Ángels, los del "Fresquito" y quedamos que nos veremos allí, en Sant Feliu.

Pasamos un magnífico día tomando el sol (yo) y "haciendo cosas" (el capi). Un capitán de velero siempre tiene "cosas" que hacer. Cuando no hay una bomba de agua que no funciona, hay un interruptor de "algo" que hace la pirula, cuando no, puede haber un cable suelto de cualquier aparato que bien sé que existe, pero que ni por asomo sabría localizar, cuando no hay "nada" para reparar, un buen capitán de velero, se lo inventa.

Así pues... Swing (o Arare) siempre tiene vía libre para hacer en el "Swing" lo que le apetezca, que suele ser tomar el sol, leer, escribir, nadar (si se tercia, que ese día no se terció porque el agua estaba que parecía que te clavaban agujas en todo el cuerpo) e incluso "no hacer absolutamente nada" y dedicarse a la vida contemplativa. Las otras cosas que se pueden hacer (generalmente a dúo) no las voy a explicar, porque mis lectores son lo suficientemente inteligentes como para saber de qué hablo...

Día viernes: fabuloso, fantástico, excelente, y no voy a buscar más sinónimos. Allá cada cual con su imaginación.

Día sábado: salimos a correr hasta la ermita de Sant Telm, desayuno copioso en el "Fresquito", salida hacia el pueblo para adquirir alimentos varios y variados, el periódico, en fin... un placer total y absoluto.

Por la noche llegan "invitados" Feli y Joan, que tienen su barco fuera del agua para pintarle "los bajos" y por lo tanto, llegan en coche. Cenamos fantásticamente y una servidora les condena a ver el festival de Eurovisión, por aquello de "si ganara o ganase la Rosa de España"... ya que hace como 25 años (años que cumplirá el domingo mi hijito mayor)... y cómo pasa el tiempo... hace como 25 años que ni se me había pasado por la imaginación ver ese festival, hay que ver. Total: cenamos y nos reímos de dicho festival, pues observamos que nada ha cambiado, que todo sigue como siempre, que el "Luxemburgo two points, Luxemburgue, dé puan" sigue sonando a tongo de los más gordos. Pero todo guay. No me odian mucho, por lo mucho que nos reímos.

Mañana - domingo- será otro día y a ver qué nos deparará el destino.

... y todo lo contrario...

Amanece con un sol precioso. La ley de Murphy, o quizá la sabia naturaleza, decide que el viento, que hasta ayer era viento del norte o tramontana, se convierta en viento del suroeste (garbí en catalán). Velocidad: 35 nudos, que no tengo ni idea lo que viene a representar en cristiano, pero en fin, que es muchísimo viento. Cabe un ejercicio de imaginación que puede dar una pequeña idea: montarse en el "látigo" (porque no llega a "Dragon khan", no nos engañemos) y meterse dentro del agua.

Debo hacer una aclaración: desde tierra "parece" que el tiempo es magníiiiiiiifico e incluso cuando llegas, te dicen: "qué tiempo más bueno habeis tenido, eh?"- a lo que el capi contesta que sí, que una pasada, que ¡qué gozada! y a lo que una servidora, todavía con el corazón encogido, decide que es mejor no responder.

Después de desayunar más o menos copiosamente, porque el mar da hambre (y a mí no se me quita el hambre así me maten) deciden los capitanes que hay que volver. (diosmio) si hay que volver es que "la cosa" va a ir en aumento. "la cosa"=el viento. Me encomiendo a todos esos santos en los que no creo, recojo todos los bártulos y los meto por donde puedo, para que no se caigan: la estiba, se llama. O sea: si todo está bien estibadito, no se cae... (¡¡¡una leche!!!)

Cuando lo tengo todo dispuesto ya el "Fresquito" decide que podemos salir. El Fresquito estaba abarloado a nosotros. Abarloarse quiere decir "pegarse" a otro barco a base de cabos, (cuando estás amarrado a puerto) de tal manera que "el otro" te aguanta un poco, sólo un poco, porque en el caso de que hubiera castaña fuerte, me imagino que ambos dos se iban a enterar, el abarloador y el abarloado.

Que ya podemos salir quiere decir desatar los cabos y marcharse. Hasta aquí, todo guay. Sale el Fresquito, y detrás, salimos nosotros. Izamos la mayor (digo izamos porque queda mejor, pero en realidad yo llevaba la rueda y el que izaba la vela era el capi, of course) y salimos con "poco trapo".

¡¡Lamadredelamorhermoso!!! salimos de puerto ya con un rizo en la vela, todo esto son indicadores de que nos vamos a mover de verdad de la buena.

En un primer momento, aunque hace sol y parece que "todo está correcto", decido quedarme dentro por si las flys. Hago bien. Me pongo a leer hasta que noto que las letras de la raya de abajo suben por encima de las letras de la raya de arriba, es decir: como que no tengo sueño, esto quiere decir que el barco se mueve mucho.

Dejo de leer y pongo música. De pronto el barquito pega un tumbo y todo aquello que había estibado habilidosa y cuidadosamente, se viene abajo: no me hagais enumerar el qué: TODO. Desde la pasta de dientes hasta los almohadones, desde los CD's cuidadosamente ordenados, hasta mi móvil... todo.

Saco la cabeza y veo el rostro feliz del capi: - bueno, por lo menos no nos hundimos - pienso.

-"Todo va bien, no te preocupes"- me dice. Y yo todavía tengo humor como para sacar tres o cuatro fotos.

Me vuelvo para adentro, pues no me gusta mojarme y entonces, a medida que nos vamos acercando al cabo de Tossa, la sensación que tengo es la siguiente: estoy metida en un adminículo tipo centrifugadora que no da vueltas completas, pero lo intenta.

En estos momentos tengo pis, tengo sed, tengo hambre y tengo sueño, un sueño-sopor que hace que todo me importe un huevo. Se siguen cayendo cosas de los estantes pero se va a levantar a recogerlas su padre. No sé yo, pero juraría que a esa sensación que tengo hay quien le llama "mareo" ¡qué cosas!

Ahora sé que el capi sigue disfrutando de lo lindo, pero ya no voy a hacer más fotos: entre otras cosas porque en la posición horizontal que intento mantener se me hace imposible llegar a la cámara, que, por otra parte, se está mojando (creo)... el CD sigue sonando, creo que en lugar de pararlo le di al "repeat" porque juraría que es la tercera vez que oigo "All that jazz", pero me importa tanto como los peces de colores... luego creo que me he dormido, entre pantocazo y pantocazo, porque ya no me he enterado de nada más hasta que el capi me ha dicho: - ¡ya llegamos!

Benditas palabras, vive Dios. Llego y beso mentalmente el suelo, que se mueve como un condenado (de hecho, ahora mismo se mueve la mesa, se mueve el pc, se mueve el teclado y se mueve hasta el cenicero)...

Lo mejor de todo: la paella que nos hemos zampado (ya sabeis: a mi no se me quita el hambre...) y lo bien que me cuida mi capi cada vez que pillamos un tiempo similar (un tiempo atmosférico, quiero decir).

Mis palabras, entre bocado y bocado de paella, intentando agarrar el vaso que se movía como un condenado, fueron estas: "cuando nos jubilemos y vayamos a navegar por el Mediterráneo, no cuentes conmigo, mi amor. Yo iré en tren adonde tú estés. O en avión, o incluso nadando!"

Él pone cara de circunstancias porque sabe que en el fondo, en el fondo, esto es como un parto: al cabo de un par de horas ya no te acuerdas de lo mal que lo has pasado.

Así pues, la semana que viene "tenemos" una regata hacia Playa de Aro, de la que ya os contaré si soy capaz de sobrevivir ;)

Adjunto fotico de la felicidad feliz de mi capitán y del agua bailando a nuestro alrededor. Esta última, en mail aparte, porque de lo contrario pesará mucho.

Besos pasados por agua,
Montse/Swing/Arare

1 comentari:

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